Hackear la Democracia

Propongo iniciar un debate sobre la cuestión del necesario tránsito de una democracia representativa a una democracia deliberativa. O mejor, una evolución del sistemaimagen_gobiernoabierto-400x261 democrático en consecuencia con las exigencias y las necesidades que la ciudadanía plantea ante administraciones y representantes públicos.

Este concepto lo extraigo de una consideración que hace Jurgen Habermas en su libro ¡Ay, Europa! y que recomiendo encarecidamente su lectura.

Según Habermas, urge desarrollar un nuevo sistema de comunicación política que satisfaga las necesidades ciudadanas ante las demandas sociales que entroncan con los tres principios esenciales del Gobierno Abierto: transparencia, cooperación y participación.

En este sentido, urge desarrollar un nuevo software cívico, que (re)conecte la ciudadanía con la política, con las instituciones. Que además establezca una “gobernanza inteligente”, teniendo como base fundamental los principios de la democracia deliberativa enunciados por Rawls y que se aleje de los preceptos mediáticos de una democracia directa anabolizada por los canales mediáticos, tal como afirman Berggruen y Gardels, en su última obra, y que es un sistema de comunicación directamente importado desde los EE.UU. en el modelo bautizado como “Fox Populi”. (Por el efecto de la cadena Fox en los medios informativos).

Aunque yendo más lejos, podríamos hablar de desarrollar un nuevo sistema de gestión y de participación ciudadana dentro de los preceptos del oGov, deberíamos hablar de un nuevo sistema de gobernabilidad (recogiendo el testigo que Focault defendía bajo el epígrafe de gubernamentalidad) frente al fisiocrático concepto de gobernanza, muy anclado en el lenguaje político, gracias al desarrollo de los principios de la Nueva Gestión Pública que han dado origen a ese neocorporativismo que tan afianzadamente los encontramos en la gestión de las administraciones públicas europeas y que han permitido el desmantelamiento de un sistema de bienestar social que hace 10 años era impensable.

Necesitamos desarrollar una nueva hibridación de la democracia, avanzar en nuevos sistemas de gestión. Necesitamos desarrollar un hacktivismo ciudadano, fruto de la correlación transmedia entre receptores y emisores de la comunicación. La filosofía 2.0, con closetheworld-586x319sus tres principios básicos: Compartir, Generar e Innovar, ha desarrollado a toda una nueva cohorte social que considera que el activismo en la red, fruto de la hiperpolítica, en el sentido que Sloterdik la define, es el principio del cambio hacia un nuevo horizonte de la democracia.

Los hacktivistas no son los otrora outsiders del sistema, han mutado en ciudadanos activos, que conocen su entorno, se niegan a aceptar el dogma por el dogma y por lo tanto son propiciadores del desarrollo de una (meta)ciudadanía que va más allá de la topopoligamia de Ulrich Beck. Se trata de un nuevo concepto de ciudadanía que no tiene acomodo real en un sistema caduco e ineficiente como el nuestro. La democracia es evolución social, y así lo han de advertir nuestras instituciones y en especial Nuestros representantes.

Nos comportamos como homo sacers, recogiendo el planteamiento de Giorgio Agamben, anteponiendo nuestra existencia al servicio de la ética cultural imperante: el de la satisfacción inmediata. La política se ha convertido en un espectáculo, muy al estilo de cómo Guy Debord lo expuso en la Sociedad del Espectáculo, que gira en torno a las próximas elecciones en lugar de a la próxima generación, y por supuesto en aras a la descalificación del contrario. Este es el verdadero resultado del efecto “Fox Populi”.

Sin embargo, en esta ecuación compleja, con muchas incógnitas por desvelar, tenemos las herramientas de comunicación, tenemos una(s) filosofía(s) de trabajo y la actitud. La cuestión es, ¿están nuestras democracias preparadas para evolucionar hacia democracias deliberativas de carácter representativo, en el que se pueda desarrollar un diálogo constante ciudadano y una mayor transparencia en la ejecución de las políticas de las instituciones?

A esto me refiero con la necesidad de desarrollar un software cívico que hackee la Democracia como sistema político y ello pasa por reinventar la comunicación política.

Y tú, ¿qué opinas?

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