¿Regrexit? El Post-Brexit

Sí, pero no ahora. Así de contundente ha de ser la respuesta. Lo siento por mis amigos ingleses. Por cierto, todos ellos europeístas, porque han sido “contaminados” con ideas y relaciones de otros europeos y europeas del continente. Esto tiene viajar y conocer “otros” regrexitpueblos, te vacunan contra la estulticia y la intolerancia.

Pero dicho esto, retomo las palabras del Presidente de la Comisión el sábado 25 de junio en su declaración ante la prensa: “Out is out”, y esto es lo que han votado los británicos. Y así debe ser, porque ha de cumplirse el mandato popular, porque los procedimientos democráticos así lo exigen.

Se abre una crisis, pero el concepto etimológico de crisis es cambio y así hemos de entenderlo. Nuestros socios británicos siempre han sido la rémora para avanzar ante la unión (que ha sido utilizada como coartada por otros socios), pero esto hemos de verlo como una oportunidad. Por varias razones:

a) Es obvio que el Reino Unido debe dejar la Unión, a todos los niveles, sin una salida a la carta y sin ningún tipo de concesión: out is out. Hasta el estúpido Farage ha pedido en el Europarlamento que las cuestiones de libertad de mercancías queden fuera del Brexit. Nope! Out is out!

b) Llega un largo y complejo proceso jurídico, donde ya se están marcando varias posibilidades y se habla de la “opción noruega” o “canadiense” como las más apropiadas. Os dejo este enlace para que conozcáis todas las posibilidades que hay ahora encima de la mesa: La oferta de Europa a una Gran Bretaña Post Brexit, que tan bien han explicado desde Es Global.

c) Sin los tories en el Europarlamento y sin un Primer Ministro británico, se podrán lograr avances en una futura unión política, que no debe ser a una velocidad igual, según lo que ya expuso Viviane Redding en las últimas elecciones europeas. Es más, es la oportunidad para reformar la fallida Unión Económica y Monetaria para comenzar a pesar en las personas y su papel en la Unión Europea.

d) Ha llegado el momento de la épica y del largo placismo. Los 27 se han de preguntar cuál es nuestro sitio en la Historia como europeos: ¿divididos en estados-nación esperando una larga agonía y declive o avanzando juntos escribiendo un nuevo capítulo en Eu GB flagsla Historia?. Aquí hay un claro problema y dilema. En Europa no existen liderazgos y el único que existe, el de la deleznable Merkel, solo lo ejerce primando los intereses germanos por encima de los europeos, con una doctrina política que encorseta y dilapida nuestras opciones de futuro.

e) La cuestión interna británica. Es eso, una cuestión interna, y así debemos entenderlo. Por muchas simpatías que sienta porque Escocia o Irlanda del Norte quieran pertenecer a la Unión, bien por la vía de la independencia de la primera o la reunificación irlandesa en el segundo caso; ambas opciones pasan por un desmembramiento de un estado-nación y ello exige procesos democráticos, bien definidos en el ordenamiento jurídico británico, así como en el TFUE.

f) Por lo tanto, el Reino Unido ha abierto su “caja de pandora” particular y es este estado quien debe hacer frente a sus retos, desde una óptica democrática y constitucional a ambas cuestiones. Si Escocia se independiza ha de hacerlo desde un Referendum aceptado por sus instituciones y una vez lograda, pedir el ingreso en la UE. Y si Irlanda del Norte sigue el mismo paso, podría lugar su sitio en la Unión, gracias a la unificación territorial y cultural de la isla esmeralda. Pero, insisto, esto ha de ser mediante los mecanismos democráticos definidos claramente a tal efecto.

g) Por último, Londres ha de comunicar ya el resultado a Bruselas para comenzar la desconexión y no comenzar con juegos de negociación para retrasar lo inevitable. Si es necesario, y esta ocasión lo depara, la UE debería poner en marcha los mecanismos del artículo 7 del Tratado para dejar sin voto ni decisión a Gran Bretaña en el Consejo.

Con estas mimbres hemos de (re)construir la UE. El actual andamiaje no sirve y tan solo servirá para intentar contener futuros problemas, apagando incendios por doquier. Ya se comienza a hablar del “auxit” austriaco y vienen más en camino, fruto del miedo al futuro y la nula gestión de la incertidumbre ante la encrucijada histórica ante la que nos encontramos.

Finalmente, y a modo de reflexión. Intuyo, más bien deseo, que el Reino Unido (o lo que quede de él, tras esta lamentable decisión) volverá a la familia europea. El Regrexit ya ha comenzado. Pero cuando Gran Bretaña pida el reingreso, ya será en igualdad de condiciones que el resto de los miembros de la familia europea, sin excepciones, sin ventajas, sin parecer diferente o parecer mejor que los demás.

No entiendo una Europa sin el Reino Unido, como no entiendo un Reino Unido “europeo”.

PD: por cierto, el debate entorno al idioma me parece banal, el inglés es el idioma franco de este planeta, y el de las propias instituciones, pretender que el francés o el alemán ocupen su lugar es un debate pueril y nacionalista, que no debe tener cabida en el debate de fondo que nos debe preocupar: la reforma (urgente) del concepto de Europa.

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