¿Revuelo en el Consejo Europeo?

Me gustaría pensar que sí, que se están dando los primeros pasos para cambiar de discurso y de escenarios económicos, pero la verdad es que no. Sinceramente, creo que al final no pasará nada, con una estructura consejo uepolítica en Europa (que no europea) muy ensimismada y alejada de los ritmos reales de la economía y de la sociedad.

Pero por lo menos, algunos se han comenzado a dar cuenta que esto ya no puede seguir así. Y lo primero que no se puede tolerar es que la Unión Europea funcione a la orden de un directorio franco-alemán carente de legitimidad institucional para determinar la agenda y las acciones del conjunto de la instituciones europeas. Una cosa es que el eje franco-alemán sea quien impulse y planee el discurso, pero las políticas y su ejecución deben de partir del Consejo Europeo y el Parlamento Europeo (esto es más una ilusión como ciudadano, que como realidad) y que sean aplicadas por la Comisión.

Desgraciadamente, vivimos en una época rara, a la par de convulsa, que origina que tanto la Comisión como el Parlamento hayan perdido la voz en este proceso, porque en este momento se da la circunstancia de que todas las instituciones europeas tienen el mismo color político con una mayoría aplastante, están gobernadas por el PPE y que además, ante la inane existencia del Presidente de la Unión, el Sr. van Rompuy (de la Alta Representante, la Sra. Ashton, le he dedicado posts en exclusiva), se da la circunstancia de que el Consejo Europeo ha fagocitado la agenda política de Bruselas (por no hablar del Ecofin). Y por encima de todos la über alles Angela Merkel, el peor cáncer que ha azotado el ideal del europeismo desde la creación de la CEE, hasta Helmut Kohl avala esta teoría.

La cuestión es que aparte de Merkozy, todo se decide en el Consejo Europeo, y aquí es donde se fragua la trampa contra Europa. Los 27 jefes de Gobierno se reúnen aquí, y en esta sede deciden políticas que en solitario jamás serían capaces de llevar a la práctica, para luego escudarse en sus estados diciendo que son “exigencias europeas”. Jamás se ha llegado a tal paroxismo en tan desafortunada combinación.

Tenemos un gran problema señores y señoras. Carecemos de un liderazgo (o liderazgos europeos), tanto interno como, el peor de todos, el externo, en un momento crucial para el futuro de Europa y del sistema político social que ha venido desarrollando en los últimos 50 años. Además, para empeorar aún más, no existen liderazgos ni en el seno de los socialdemócratas europeos, ni en los liberales, ni en la izquierda europea (esto en su conjunto empeora las cosas aún más) y para rematarlo quien sustenta el liderazgo es una antieuropea, disfrazada con un discurso europeísta propio del recorrido histórico de la CDU, que pretende germanizar Europa, para hacer de Alemania el Estado de entre estados. Y esto es altamente preocupante, hemos crecido admirando a Alemania, y ahora vemos al país germano como una amenaza para nuestro bienestar social y como un país al que tan sólo le preocupa el comfort social de sus 90 millones de habitantes, cuando a la par está devorando intelectualmente a lo mejor de las nuevas generaciones mejor preparadas de los países periféricos, cuya única salida es la inmigración a ese lugar de Centroeuropa. No hace falta recordar, lo que ello puede suponer en los agravios históricos que muchos pueden encender para comenzar una escalada peligrosa en lo social dentro de la Unión, que sin duda puede tener consecuencias políticas. De esto vienen avisando ya en el SPD, como destacados líderes del FDP en Alemania.

Pero, parece que ahora un grupo de países ha dicho que ya no podemos seguir así, que hace falta, aparte de ordenar las finanzas nacionales, planes de estímulo al crecimiento. Ayer, 20 de febrero de 2012, ya lo avisó Mario Monti, que al final no va a ser tan tecnócrata como parece, y en el día de hoy ya es un documento oficialmente validado por 8 cancillerías, entre ella la española, la británica ¿? y la sueca, en el cual avisan de que esto no puede ser así.

Y yo me pregunto, si tienen esto tan claro por qué no se ponen a ello. Es más, menos quejas y más acción. Tan solo hay que reunirse en el Consejo Europeo y marcar un nuevo territorio y nuevas metas de estímulo económico y de crecimiento que además están ya reflejadas en un documento marco de actuación que a los estados ya se les ha olvidado: se llama Estrategia 2020.

¡Ah!, perdón, es que primero hay que pedir permiso a la “seño”, y Merkel no les va a dejar.

Acaso alguien entiende que la Unión Europea esté secuestrada por los intereses nacionales de una persona, acaso es lógico que un solo país se permita llevar a la ruina financiera y social a otro como es el caso de Grecia. Acaso es legítimo, que tras lo acontecido en estos últimos 100 años de Historia en Europa, nadie ve el peligro de fractura real que estamos viviendo en el continente. Acaso nadie ve que el desmantelamiento de nuestro sistema de bienestar social, solo nos llevará a la desesperación, la pobreza y nuestra desaparición en el “nuevo” orden mundial.

Acaso… ¿no vemos?

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