Sobre la Iglesia en España (Perdón sobre la Jerarquía)

Cansado, muy cansado, exhausto…

Esa es la sensación permanente que cada declaración de la Conferencia Episcopal y sus voceros me deja, comunicado tras comunicado.

Dejemos claro algo desde el principio: a) soy agnóstico, tiendo a dudar de todo, no acepto dogma alguno; y a pesar de mi ética racionalista y que creo firmemente en la ciencia, lo que más me gusta de ésta es que permanentemente pone en duda todo avance real o hipotético; b) respeto profundamente todo credo y/o religión que no aliene la voluntad humana, ni al individuo, pero cada vez cuesta ser más tolerante ante la actitud de las religiones “principales”, especialmente en el judaismo, el fundamentalismo sionista; el cristianisno y sus corrientes extremistas (Opus Dei, creacionistas y sectas dispares especialmente activas en los EE.UU.) y como no el Islam, con sus corrientes que pretenden acabar con todo aquel que no piense como ellos, llamando a la “jihad” corrompiendo lo que incluso significa en su propio Corán; y c) dejo para el final algo que especialmente me molesta: la falta de respeto absoluto hacia aquellos que tenemos una “cosmovisión”, que no pasa por deidades oficiales, cultos, espacios para el mismo y supersticiones avaladas por la tradición. A todos aquellos que piensan que deistas, agnósticos o ateos, no tenemos derecho a ser respetados en nuestra opinión o visión ética de la vida, les digo que simplemente son unos energúmenos sociales de los que no me importa nada su opinión. Gente así no favorece el intercambio de ideas, necesario para superar lo que nos divide y encontrar puntos de encuentro.

Dicho esto. ¿Cómo puede la Iglesia hablar con la rotundidad que suele hacerlo?, de delitos, crímenes, lo que es bueno y es malo para TODA la sociedad…

Acaso, no van a entender nunca, que no representan a TODA la sociedad, que no han sido votados por nadie, que no han sido elegidos ni siquiera por quienes dicen representar.

Los españoles y españolas hemos de recordarles de una vez por todas que, siendo creyentes o  no, la Iglesia sólo puede emitir juicios de valor destinados a sus feligreses, decirles qué es o no es pecado, pero ya está.

Entiendo que ha de ser duro, ir perdiendo poder paulatinamente, tras un marketing sostenido de dos milenios que no ha variado, ni en contenidos, ni en estética. Con una institución, el Vaticano, que a lo largo de los siglos se constituyó como un poder contra la ciencia, el progreso y el avance de la humanidad. Para la Iglesia, todo aquello que nos acerque al conocimiento último de la vida, del origen del universo, es un paso más que desenmascara su gran mentira. Su mito de la Creación, está ampliamente superado por la ciencia y las demostraciones empíricas que lo refutaron.

Y, por supuesto, cada avance que se de en el campo de la genética o en el campo de la biotecnología, ayuda cada vez más a la desacralización del hombre como creación divina.

Va siendo hora, que la Iglesia, por lo menos en nuestro país, deje de estar financiada por el Estado. Ha llegado el momento de eliminar el Concordato, que sean los propios creyentes los que paguen los viajes en Business Class del Obispado y la Curia, que sean ellos lo que paguen los coches oficiales, y los suntuosos palacios que albergan a la jerarquía, y que de una vez por todas las fiestas oficiales de este país dejen de ser en su mayoría religiosas, ya que ofenden a los que no somos creyentes.

Incluso en un país como EE.UU., las fiestas nacionales no tienen ningún acento religioso, salvo la Navidad como en el resto del mundo occidental, que se ha convertido en una época de encuentro familiar, que cada vez más diluye su sentido religioso, para dar paso a la pulsión consumista que nos invade en esas fechas.

Por lo tanto, ruego, ya que soy de esa minoría no respetada que no puede exigir, que la Iglesia cuando hable, hable para los suyos, que se limite a decir que es verdad o no para ellos (su verdad, no LA VERDAD), que se olviden de que en el pasado siglo durante 50 años, hicieron de su voz Ley. Sr. Martínez Camino, en España sólo es ley la que dimana de las Cortes, que hemos votado todos y todas, y sus opiniones siendo respetables, no son ley. Por cierto lo de la inefabilidad del Papa, fue un buen invento, en su momento, pero ahora sólo engaña a algunas beatas y beatos del mundo.

Termino recomendando dos libros, para que sirvan de ahuyenta fantasmas, y sobre todo para desenmascarar a las religiones. El año pasado Christopher Hitchens, publicón un libro que recomiendo “Dios no es Bueno“, un alegato sobre el ateismo y sobre todo recomiendo “La Puta de Babilonia[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=I9a4vQvD-DY]” de Fernando Vallejo, un recorrido histórico sobre el Papado, para que el lector advierta en manos de que pandilla de puteros, pederastras, asesinos y violadores ha estado ocupado el puesto de sucesor de San Pablo.

Pero que gusto me he quedado después de escribir esto…

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