Un comienzo posdemocrático: los partidos. Bienvenida la Democracia 2.0

En esta sociedad líquida en la que transitamos, en la que tan difícil es gestionar nuestras vidas, debido a una alta gestión de incertidumbre en las decisiones que hemos de tomar, tanto en las individuales como en las colectivas; y en donde las fronteras no son claras, ni a veces fácilmente transitables (casi siempre lo contrario), hay una institución en nuestras democracias que ha caído presa de sí misma y de sus propias debilidades sistémicas: el partido político. Pero no podemos olvidar que el partido político es el pilar de nuestras imperfectas democracias. Sin los partidos políticos u organizaciones similares, no cabría la legitimidad del sistema y por ende del propio desarrollo de nuestras democracias representativas. Dicho esto, lo siguiente configura una narrativa diferente, una suerte de posdemocracia, ahora que en tiempos de esta posmodernidad asfixiante (y lacerante) urge reinventar. […]

#oGov, Transparencia, pero sobre todo: Democracia

Inmersos en debates nacionales sobre la calidad democrática, (y la tan manida frase de la “regeneración democrática”), el desarrollo legislativo de la Ley de Transparencia a nivel estatal, los proyectos en curso como Irekia o el desarrollo legislativo al respecto que se hace en Navarra, o la puesta en marcha de una plataforma en Andalucía para el Pacto Por Andalucía, por citar algunos ejemplos; que además son necesarios y oportunos para realizar un cambio en el desarrollo entre las relaciones entre la ciudadanía y las instituciones. Lo verdaderamente difícil es inocular esa necesidad de avanzar, tanto en los gestores, en la ciudadanía y quienes toman las decisiones: los políticos. Confundir unas cuantas medidas de gobierno abierto y algún impulso legislativo con la filosofía que la transparencia implica, es sencillamente una falacia de dilación, tal como Jeremy Bentham describe en su […]