Trump: una oportunidad para Europa

La llegada de Trump a la Casa Blanca puede ser la oportunidad para relanzar la idea de una nueva Unión Europea, una reestructurada visión de qué queremos ser los europeos en el futuro, o por lo menos una gran parte de nosotros.

No es solo la llegada de Trump, es también la salida del gran freno de la integración europea, nuestro vecino del otro lado del Canal de la Mancha, el Reino Unido, que tendrá que enfrentar todos sus viejos demonios gracias al Brexit, para darse cuenta que no dejará de ser un país más en un mundo multipolar que se está desplazando a la cuenca pacífica y en el que EEUU está dejando todo el protagonismo a China, como ya lo dejó en Latinoamérica y África.

El último gran repliegue norteamericano, es una readaptación de la Doctrina Monroe bastante curiosa. Si ésta promulgaba “América para los americanos” con lo que ello supuso para los americanos del sur, el “Make America great again” que proclaman los “trumpers” es un lema que recicla esa vieja aspiración, pero eliminando la del “destino manifiesto” por la que tras las presidencias de T. Roosevelt y Woodrow Wilson y especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, los estados unidos tomaron parte. Ahora, desde los nuevos inquilinos de la Casa Blanca, se acabó lo de ser los guardianes del mundo.

Ello implica nuevas reglas y nuevos actores en el tablero geopolítico, porque de este sale voluntariamente el principal actor. Ello no significa que desaparezca, pero sí implica manifiestamente, que no le importa nada lo que ocurra en Europa en los próximos años. Y Europa tiene muchas amenazas en ciernes: su desmonoramiento político y moral, no saber qué hacer con su papel en el mundo, las amenazas extremistas y populistas en su interior, no saber encajar la dualidad islam integrador/fanático en la ecuación y cómo manejarlo, su rol como jugador en el tablero mundial, el papel de una UE sin el Reino Unido, su relación con Rusia, su relación con los estados de la cuenca sur del Mediterráneo, su propia estructura política y social…

Podríamos seguir, pero urge la convocatoria de una nueva Convención para redefinir nuestro rol, para poner en marcha un Euroejército común, para establecer una estructura federalista basada en el papel del poder ciudadano y no de los estados, en la que se sumen los que crean verdaderamente en ello, en compartir unos valores civilizatorios, en desarrollar un marco de cooperación con el islam democrático o el islam tolerante, creando conjuntamente una alianza contra el ISIS y sus marcas blancas, lo cual implicará algo más que negociaciones e intentos de acuerdos. Cuando te declaran la guerra con un fin: el de eliminar tu constructo social, no queda otra que luchar para salvaguardar tus principios.

Hace falta abrir nuevos espacios de debate y reflexión, urge abrir un debate a escala europea para definir qué queremos ser o qué no queremos ser. Hace falta trascender el actual Tratado y la actual UE, hace falta salir de nuestro conformismo ideológico y cultural y ver el mundo con las actuales gafas. El mundo va a dejar de ser como era y cuanto antes nos pongamos a ello, tendremos una oportunidad de reinventar Europa.

La pregunta es: ¿estamos preparados?, ¿queremos hacerlo?, ¿saldremos de nuestro conformismo social?

Demasiadas interrogantes, demasiados espacios, y me temo, que el tiempo se nos acorta. Y recordad el tiempo electoral de este año: Holanda, Francia, Italia… ¿España?

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