Ayer hizo un año que la Unión por la Innovación se puso en marcha. Es uno de los pilares más singulares y necesarios de la Estrategia Europa 2020, un tema que como bien sabes es más que recurrente en mi blog (si 
eres nuevo te invito a conocer más siguiendo este enlace). Junto a la Agenda Digital Europea, son sin duda las dos acciones que están llamadas a cambiar el modelo productivo de Europa, si bien es verdad que para que su despliegue sea efectivo y rotundo durante esta década, los gobiernos de los estados miembro y las instituciones europeas, deberán ser más osados en las políticas económicas de crecimiento. Con el actual sistema de austeridad, la Estrategia 2020 está condenada, de antemano, al fracaso, debido a que ninguna política de contracción del gasto está llamada a revitalizar o provocar algún crecimiento económico.
Tan importante es esta iniciativa en la estrategia de crecimiento, que el pasado 4 de febrero, en la reunión del Consejo de la UE, se situaba la innovación como parte central de las estrategias económicas de crecimiento. Falta saber cómo, en la actual coyuntura.
No obstante, es un gran paso situar la innovación como eje central de las estrategias de crecimiento de la Unión Europea. De hecho, se han establecido una serie de indicadores para medir el índice de penetración de la innovación en el sistema productivo europeo, conocido Innovation Union Scoreboard. Del análisis de los resultados se desprende que ha habido un aumento en la inversión en investigación, la innovación y la educación; aunque en nuestro país tengo la sensación que está siendo todo lo contrario. Ya he reiterado en este blog, que nuestra estrategia de crecimiento pasa por una a largo plazo, que prime la I+D+i en entornos pyme y sobre todo, con un cambio rotundo del sistema educativo (desde la primaria a la Universidad) con un gran incremento en su financiación, apostando por un sistema público integrado, coordinado y no diseminado en varios reinos de taifas, que provoca más problemas que soluciones.
La Comisión ha propuesto un nuevo programa de investigación según los resultados observados, llamado Horizonte 2020, que se sumará a otros instrumentos ya existentes con una dotación extra de 80 exiguos millones de euros, para el período 2014-2020. Un inciso aquí: que se apueste esta ridícula cantidad en innovación, sabiendo el desperdicio de recursos que se destina al FEOGA, por no haber hecho una reordenación de los recursos y de la capacidad productiva de nuestro sector primario, me indigna y enerva profundamente.
Mientras tanto, se van dando los primeros pasos para establecer nuevas redes de innovación, en concreto a las que desarrollan proyectos pioneros y de última generación, como la Asociación Europea de la Innovación en Envejecimiento Activo y Saludable. Se trata de un piloto que debe sentar las bases para posteriores asociaciones sectoriales.
La Unión por la Innovación pretende establecer una serie de objetivos centrales que desarrollen proyectos y por lo tanto futuros productos y servicios, en todos los sectores, que provoquen nuevo conocimiento, buenas ideas para desarrollar nuevos mercados que originen beneficios regionales y sociales, y sobre todo que desarrollen partenariados permanentes de innovación y de cooperación internacional. La innovación en Europa será un éxito, si parte de la filosofía del conocimiento compartido en clústeres abiertos.
Para finalizar os dejo un enlace a una iniciativa más lúdica. La UE ha publicado un libro escrito por Robert Billing (Un ingeniero de software, que escribe libros de scifi) llamado Tales from the Future, en el que especula, gracias a 4 cuentos, sobre como el mundo puede cambiar en esta década. Al final de cada uno de ellos, los lectores pueden hacerse una idea de las innovaciones en las que se está trabajando en estos momentos con el apoyo de la UE. La mala noticia es que está en inglés. Pero merece la pena echar un vistazo a esta otra forma de ver y entender la política europea.
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