Un poco de No Determinismo: una reflexión optimista del futuro.

A veces es necesario, por pura necesidad intelectual, ética o simplemente hedonista, exudar reflexiones sobre lo que nos preocupa, desorienta o inflige dudas sobre nuestro futuro; tanto de forma individual o como especie. No están los tiempos para exhibiciones de optimismo, de hecho es difícil no perder la cordura ante la agobiante gran_genetica-sociedadpresión social y mediática sobre nuestro destino: la crisis que todo lo domina y JUSTIFICA, el cambio climático, la ávida necesidad humana de poseer, tener y querer…

En fin, el determinismo con el que siempre se ha justificado el somos como somos porque somos como somos.

Justo aquí, quiero trazar la línea divisoria, me niego a aceptar teorías fatalistas y conservaduristas sobre nuestro sino como rara especie inteligente de nuestro planeta. A pesar de mi agnosticismo militante para casi todo, hay un resquicio que siempre dejaré a la fe: la capacidad del hombre como especie para reinventarse, para encontrar un camino donde la mayoría ven la oscuridad, otros, la minoría, ven la luz (disculpad la maniquea y tópica imagen para describir esta visión).

Es curioso, pero son los finales de siglo y especialmente los finales de milenio, los que derivan en percepciones fatalistas, pero el amanacer del tercer milenio de esta era, constituida así por la humanidad, es incluso más fatalista de lo que algunos pensaron o siquiera imaginaron. Lo siento por ellos pero el fatalismo y el pesimismo no entran en mi diccionario y menos en estos tiempos.

Un gran científico como Edward Lorenz, físico y climatólogo, ya demostró en el siglo pasado que el determinismo era una invención de los hombres: es decir un claro sistema de control social, inventado por los hombres y sostenido por ellos, apoyado en teorías pseudocientíficas, con el fin del dominio de la mayoría. Einstein ya nos regalo la Relatividad para mostrarnos un nuevo camino en el universo. Al primero lo conocemos por lo que convencionalmente conocemos como el “efecto mariposa“, una consecuencia que el mismo demostró al afirmar que “cualquier sistema físico que se comporte de forma no periódica sería impredecible“. Que forma más hermosa de definir la No Predestinación.

Y es que la ciencia es hermosa por eso, está dispuesta y abierta al cambio, a la no dogmatización, a abrir las barreras del conocimiento.

El siglo XX vió como la Relatividad acabó con la ilusión Newtoniana de un espacio y tiempo absolutos e inertes; la Teoría Cuántica acabó con el sueño Newtoniano de un proceso de medida controlable; y la Teoría del Caos acabó con la visión Laplaciana de la precibilidad determinista. Creo firmemente que este siglo expandirá nuevas fronteras con el establecimiento de nuevos paradigmas científicos como la superación de la Teoría General de la Relatividad, los primeros pasos sobre la determinación de la materia y energía no bariónica del Universo, la unificación de todos los campos en una sóla y bella definición…

Sinceramente, creo que este siglo ha de ser de los Emprendedores, en todos los campos; me niego al fatalismo y determinismo reinantes, me niego a ver como palidecen de mustios nuestros sistemas de control social. Creo en nuestra especie, en la posibilidad de evitar lo que parece inevitable.

Quiero creer, Necesito creer…

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