Hiperpolítica y Realidad (Homenaje a la Resistencia Cívica Iraní)

Tenía pensado hace tiempo hacer un post sobre el sentido de la hiperpolítica en la actual democracia, lo que 1198414_digital_worldalgunos confunden/confundimos con ciberdemocracia. Luego explicaré lo que quiero decir con ello. Pero he decidido ligarlo con lo que está ocurriendo en Irán en la actualidad un movimiento de hiperpolítica ciudadana en toda regla. Un movimiento que ni sociólogos ni políticos han visto venir.

Me explicaré. El siglo XXI nació con dos premisas políticas de primer orden: por un lado vió nacer el Movimiento Antiglobalización, con foros como los de Porto Alegre y con una órbita ciudadana activista que intentaba denunciar los males del gobierno global de las multinacionales y de la rendición de los estados a los movimientos financieros mundiales. Por otro lado la conmoción que supuso el atentado del 11-S en EE.UU. en 2001, este atroz hecho produjo una reacción en la antípodas de lo que promulgaba el movimiento antiglobalización. Alentado por el miedo y el estupor general ante un nuevo enemigo ambigüo e indetectable para la ciudadanía, el (des)gobierno de G. Bush Jr., inventó la “democracia preventiva“, un sistema de democracia “global” desde arriba, en base a invasiones “preventivas”, acciones “preventivas” y todo aquello preventivo que fuese necesario con tal de ocultar un absoluto desconocimiento ante lo que estaba ocurriendo (y de paso repartir dividendos petrolíferos aprovechando la circunstancia favorable y de camino saldar viejas cuentas).

Pero volvamos a la cuestión central, en 2000, año del Movimiento Antiglobalización y el 11-S, la penetración de las TIC no eran ni siquiera un tercio de las actuales. Los nuevos sistemas de comunicar e informar estaban desarrollándose de forma incipiente (el planeta blog era un movimiento nuevo – Blogger nacía un año antes -, las redes sociales eran un experimento desconocido para la gran mayoría y por supuesto el concepto 2.0 ni siquiera estaba en la agenda social). Por otro lado cabe destacar que los medios de comunicación tradicionales ni se imaginaban lo que iba a ocurrir con su modelo de negocio al final de la década, por lo que todo seguía como siempre el control de los medios se dosificaba con el control de la información por parte de los gobiernos, eso sí siendo esto de una forma “soft” y atenúada en las democracias occidentales.

En esos momentos iniciales se estaba fraguando una comunidad que comenzaba a tener una percepción global de su existencia, pero que carecía de una influencia regional (e incluso carecía de esa percepción territorial de influencia). Todo rotaba entorno a la capacidad que las futuras herramientas web tendrían en los sistemas bidereccionales de comunicación (la esencia de la filosofía 2.0), pero se desconocía hasta donde podría llegar.

De hecho colectivos como Cibergolem, una autoridad en España sobre el concepto y el desarrollo de los objetivos de la Hiperpolítica, a la altura de 2005 (Recomendable lectura es su libro “La Quinta Columna Digital”) eran incapaces de imaginar lo que llegaría en los años siguientes: la comunicación global entre ciudadanos de todo el mundo sobre cualquier tema imaginable, especialmente empáticos con la denuncia de la coerción de derechos civiles y humanos, allá donde se cercenaran especialmente por las autoridades o por lobbys poderosos en cada uno de sus países. (Mientras escribo estas líneas no dejo de recibir tweets de ciudadanos iraníes que nos están relatando las escalofriantes escenas de terrorismo gubernamental y represivo de los dictadores Ahmadineyad y Jamenei).

Como resultado de lo anterior, cabe decir que nadie se podía imaginar, y menos el corrupto y decadente régimen de Ahmadineyad, que habría un revolución digital en las calles iraníes (una marea cívica vestida de verde, el color sagrado del Islam, con todo el significado que ello tiene), que no iba asistir impávida al atropello, una vez más, de sus autoridades, no van claudicar a que les roben una vez más el futuro. El pueblo iraní está ejerciendo una labor de resistencia pacífica en la que las que más tienen que ganar (y que perder) las auténticas heroínas de esta revuelta cívica: las mujeres. Mujeres como NEDA, que luchan por sus derechos, por tener visibilidad social, exactamente las que les pertenece, las de la otra mitad de la sociedad iraní que siempre ha sido escondida, maltratada y vilipendiada. La humanidad aún no sabe lo que se está jugando aquí. Si el resultado de esta revolución pacífica es un cambio de régimen que de pié al surgimiento de una democracia islámica con sus valores y tradiciones, pero democrática y dando lugar a que las mujeres emerjan como parte de la ecuación en igualdad de condiciones, estaremos ante un acontecimiento histórico sin parangón en los anales de la Historia de la Humanidad.

Hecho este pequeño homenaje a la sociedad democrática iraní y a las mujeres iraníes, quiero terminar este post con una reflexión sobre la cuestión inicial. Estamos ante la era de la hiperpolítica ciudadana porque los gobiernos están recibiendo un feedback ciudadano constante en tiempo real, y  no cada cuatro años, como nuestras democracias establecen. Esta bidireccionalidad se corresponde con el uso masivo de las herramientas 2.0 (lo que los especialistas han venido a llamar “cloudcomputing“), y en especial el uso de las redes sociales como escaparate de las inquietudes ciudadanas, siendo especialmente relevantes Facebook y Twitter (este último se está convirtiendo en la CNN de la ciudadanía, allá donde pasa algo enseguida está en Twitter, la posibilidad de manipular la realidad disminuye, ¿o aumenta?).

Por lo tanto entre todos debemos mostrar el camino a nuestros gobiernos: la ciberdemocracia no es el resultado del e-Goverment tecnológico, es decir, la aplicación de tecnología punta para permitir escrutinios masivos e inmediatos, para poder convocar a las urnas con mayor rapidez y eficacia. La ciberdemocracia ha de servir para construir una “democracia fuerte” (Benjamin Barber), una democracia en la que los gobiernos aprendan a “escuchar” la ciudadanía. Una ciudadanía que ha aprendido su nuevo papel, ya no somos simples ciudadanos consumidores, somos prosumidores (una suerte de individuos que producimos y consumimos a la vez, la famosa bidireccionalidad de nuevo), y como táles nos consideramos sujetos “activos” del sistema.

La cuestión es: ¿Están los gobiernos democráticos preparados para gestionar esta innovación social y política ciudadana? Esto es la Hiperpolítica. ¿Te animas?

7 comentarios en «Hiperpolítica y Realidad (Homenaje a la Resistencia Cívica Iraní)»

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    1. Muchas gracias, Mª Angeles, estos ánimos te animan a seguir posteando. Ya le he puesto el palito al siglo perdido, ;). Lo de la URSS fue un antecedente, pero desde luego no tiene nada que ver como bien indicas, con lo que está ocurriendo casi dos décadas después. Lo cierto es que nadie ha conseguido imaginar o atisbar lo que iba a ocurrir en los sistemas de comunicación en tan pocos años. Lo que viene da más vértigo, sin lugar a dudas, yo empiezo a ver algunas cosas, la mayoría desbordan mi imaginación. Nos vemos, tenemos algo pendiente…

      1. Bueno eso me da para, no un post, si no un ensayo político. De hecho tengo preparado uno sobre el tema y algo ya apunté en un post pasado cuando hablé de las metaciudades y de la participación ciudadana. Lo dicho lo tengo pendiente…

  2. Qué buen post, niño! Me ha encantado. Te regalo un palito para que lo pongas tras “El siglo XX(aquí mi palito) nació…”.

    Un pequeño antecedente de lo que cuentas ocurrió en agosto de 1991 en lo que fueron los últimos coletazos de la Unión Soviética y los radioaficionados. Pero cierto es que la repercusión del ciberespacio nada tiene que ver con aquello. Lo que está claro es que junto con la evolución de la comunicación, existe desde hace años una especie de voluntad social de no resignación al estado de cosas existente. Qué interesante tema, Paco Luis!!!!! Bien abordado :). Besos.

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