Por una Gobernabilidad Ciudadana desde el oGov

“It’s time to Act”, es un eslogan recurrente, que incluso me acompañó durante años en mi devenir como activista juvenil internacional en la década de lo 90′. Han pasado muchos años desde entonces y la fuerza deljef_epcampaign_logo_web mensaje persiste. ¿Tan poco cambia el status quo de nuestras sociedades?, o es que en la sociedad líquida en la que establecemos nuestras relaciones, amplificadas por lo digital y lo global, las transformaciones se dan imperceptiblemente.

En parte podríamos decir que sí. Pero lo que nos ha desbordado en la actual situación de crisis en la que vivimos en Europa, que ha dejado de ser sólo económica, para pasar a ser social, y ¿sistémica? [espero que no, sinceramente]; es que el proyecto de construcción europea se ha detenido, justo cuando más falta hacía. Justo en el momento en el que se demuestra la obsolescencia de la sociología del modelo Estatal/nacional.

Queremos refugiarnos en nuestros territorios, empequeñeciéndolos, cuando vivimos glocalmente y somos individuos transnacionalizados por mor de las nuevas tecnologías y de las relaciones que establecemos en el orbe digital. Pero cuando vemos amenazado nuestros “minimundos” regresamos a los atávicos miedos contra “el otro”, buscando cabezas de turco donde no las hay. Dejándonos llevar no por el corto plazo, sino por la “dictadura” de las democracias demoscópicas en las que hemos transformado nuestros países, en las que solo prima lo inmediato.

Es más, vivimos con miedo, vemos que los estados son incapaces de poner coto a lo que ocurre, que carecen de herramientas y de imaginación, y reclamamos una “gobernanza” del flujo monetario como salvaguarda de nuestros amenazados países.

Pero,  ¿podemos exigir una gobernanza mundial financiera, cuando ha sido el modelo mercantilista de la misma en los espacios internacionales, la que ha originado la actual situación? Mientras que los estados se han dormido, creyendo que el tablero mundial era un partido de damas, las empresas transnacionales comenzaron a jugar una partido de ajedrez, y en este momento tienen en “jaque” al Sistema Postwestfaliano. Solo prima el capitalismo financiero. El capitalismo sin trabajo, la especulación por encima del sistema productivo. ¿Qué pasará cuando no haya consumidores, bien por que no tengan “crédito” o bien por el miedo a gastar?, ¿cuál será el siguiente movimiento en el tablero?

En este blog he hablado, y mucho, sobre gobernanza. Pero quisiera puntualizar algo sobre ello. El término gobernanza está ya desprovisto de legitimidad, a mi juicio, por dos motivos: en primer lugar por el abuso del término en los ámbitos políticos y económicos, donde seguimos sin ver un ápice de gestión de la responsabilidad financiera o política para poner en “orden” el orden mundial; y en segundo lugar, porque este término como defendía Michel Foucault en sus clases del Collège de France de 1978 definía que “gobernar” no es lo mismo que “reinar”, “mandar” o “hacer la ley”, y por lo tanto gobernar no es lo mismo que ser soberano, señor, propietario o profesor.

Desde el siglo XVI, el propio término “gobernar” tiene una clara pátina mercantilista (del que deviene el término gobernanza), que no encierra el nivel de competencia política que exige el desarrollo de un sistema del buen gobierno. De hecho la palabra gobernar está centrada en la doctrina fisiocrática del “gobierno económico”. Foucault centra el concepto de gubernamentalidad en la relación entre el Estado y la población, al margen de la cuestión netamente económica. Centra el foco del buen gobierno en el sistema de gestión del territorio, entre los que gobiernan y los gobernados.

Lo que pretendo decir, es que quizá el término gobernanza está ya agotado, por insuficiencia y que en el caso de la relación entre Europa y sus ciudadanos ha llegado el momento de establecer un sistema de gubernamentalidad, o ¿deberíamos hablar de gobernabilidad para adaptarlo a la semántica castellana?

La cuestión no es baladí, en tanto cómo se construyó el concepto de gobernanza bajo una premisa economicista, y ahora lo que debe primar es la construcción de un sistema de buen gobierno en el que primen las relaciones desde la óptica de la filosofía del gobierno abierto, y en este sentido la intuición de Foucault está en línea con lo que creo que necesitamos para resetear en el sistema.

Y tú, querido lector o lectora, ¿qué opinas?

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