Fútbol y Geopolítica. ¿Realidad o ficción?

Llevamos 10 días del Mundial de Fútbol, y a pesar de la crisis mundial, los eternos problemas que atenazan nuestras sociedades, ya sea en términos nacionales (paro, inseguridad ciudadana, temor por el futuro nacional) mundial069061o internacionales (la eterna lacra del hambre en el mundo, el cambio climático, las guerras, la extenuante falta de derechos humanos elementales en muchos países, por citar algunos); la cuestión que arrasa tanto a nivel mediático, como ciudadano en cada rincón del mundo es el Mundial, el sempiterno Mundial.

Es curioso como el fútbol se convierte cada cuatro años, en el altavoz más altisonante de esta pequeña mota del universo llamada Tierra. Como en la Antigua Roma de “Pan y Circo”, el Circus Maximus se revitaliza entorno a 23 señores, vestidos con un pantalón corto detrás de un objeto esférico, que resumen en 90 minutos todas las peores reminiscencias de nuestro pasado histórico común en la humanidad: la Guerra. Ahora bien, se trata de una guerra organizada, sin muertos, salvo la muerte alegórica que representa los egos y orgullos nacionales reducidos a la nada, tras esos 90 minutos, o bien todo lo contrario: la exaltación de los patriotismos más exacerbados de todo el Orbe.

Y es que es muy curioso como los exaltamientos nacionalistas (el que escribe esto, caerá indefectiblemente en esta curiosa antropológica versión del patrioterismo cada vez que juegue “la Roja”) afloran en este planeta, de la mano de uno de los negocios más universales que existen y que más igualan a las sociedades que conforman la humanidad. Muy por encima de otros acontecimientos deportivos planetarios como los Juegos Olímpicos.

Y es que además, en este caso, se da la circunstancia de un hecho político-deportivo que no tiene precedentes ni en las olimpiadas, que afecta a los Jefes de Gobierno, que sacan pecho por sus escuadras nacionales de forma totalmente altiva frente a otros “iguales” (el comentario de Lula a Zapatero, hace unos días sobre el papel de favorita de España, tras el traspiés de Suiza, viene a explicar esta cuestión).

Pero lo que de verdad es muy interesante, es como en las condiciones políticas y económicas actuales, el circo del fútbol tiene ciertas similitudes con la situación política actual. Por favor, lo que a continuación voy a describir no es objeto de un serio y sesudo estudio politológico, sino una impresión que resulta inquietante, y de la que sinceramente espero que no se traduzca a la realidad.

La cuestión es la siguiente: tras 10 días de competición, se pueden deducir algunas cuestiones que sin duda alegrarán a más de un euroescéptico y eurófobo. Pero la verdad, es que si utilizáramos el fútbol como una alegoría de las áreas de influencia en el planeta, el resultado es más que inquietante. Sin duda, a día de hoy, podemos hablar de debacle europea: Francia aniquilada, sin peso y con frentes abiertos por doquier (no encuentran su lugar en la UE, el liderazgo social de Sarkozy ha desaparecido, Villepin desde su posición política se disputa el mismo espacio político que Sarko, etc.), Alemania ha pasado de ser locomotora, a parecer un coche de la extinta RDA (Merkel se ha olvidado de lo que significa Alemania para el conjunto de la UE, “ataca” económicamente a socios como España, debilitando el Euro y se ha olvidado de lo importante que es el eje franco-alemán), Inglaterra deambula al borde del KO (Cameron busca nuevas alianzas con Zapatero y Sarkozy, dejando atrás su imagen de euroescéptico, mira fuera de su entorno – como el hecho de que un italiano dirija la armada británica), Italia, bueno Italia es tan caótica como siempre, está al borde de la eliminación, pero al final llegará lejos, su proverbial picardía le hace estar ahí, pasando desapercibida, para justo en el momento adecuado asestar el golpe, a pesar de sus problemas (como el propio país) y España, bueno hemos pasado de ser favoritos y tener un gran conjunto a estar ya eliminados y eso con un partido; en fin lo de siempre: si hay una nación dispuesta a pasar de los altares a los infiernos en 1 segundo, esa es España.

El caso de África es más preocupante. Sinceramente, el atisbo de la mejoría, calidad y fuerza de sus selecciones hacían prever un resurgir del continente, una dosis de optimismo y de creer en si mismos que ayudarían a salir de su desesperación a otras partes del mismo. El hecho además de que Sudáfrica organice el mundial, supone un acicate al continente para encontrar un motivo para el orgullo no sólo de esa nación, sino del sentir africano; pero la cruda realidad se va imponiendo y todas las grandes selecciones van cayendo: Camerún, Ghana y posiblemente Costa de Marfil y la propia anfitriona Sudáfrica. Sin duda una mala señal, un presagio de lo que puede pasar la próxima década. Espero, sinceramente, equivocarme en esta visión de futuro.

En cuanto a Asia, teniendo en cuenta que no participan ni China, ni India, las dos potencias de la zona, y obviando el poco poder de Japón y de otras naciones de la zona, por no hablar de las pacíficas Australia y Nueva Zelanda (si fuera rugby, esto sería otra cosa), es difícil extrapolar algo realmente interesante o que encuentre un sentido real a la situación. En este sentido, hay que recalcar que el enigma es tan real, como las teorías que existen con China, situándolas en los dos extremos de las posibles realidades que puedan devenir.

Pero lo realmente interesante, y que tiene un verdadero sentido político, es la realidad de América. No sólo por la dominación de Brasil (un verdadero poder regional en los futuros años, con una economía que determinará parte del futuro del planeta en el G-20), y la tradicional Argentina (vino muerta y está resucitada, me suena demasiado a su natural devenir histórico); sino la potencia emergente de México (un futuro agente regional de gran poder, toda vez que resuelva su gran problema interno: la corrupción y el estado de emergencia permanente por la acción de los cárteles de la droga) y Chile (de no ser por el terremoto, los indicadores socioeconómicos del país serían totalmente diferentes) y como colofón el paulatino ascenso de EE.UU. como equipo de fútbol (se nota el papel que la comunidad hispana comienza a ejercer en el balance cultural del gran vecino del Norte).

Como podéis ver no dejan de ser reflexiones hechas al alimón, hilando unas cuantas noticias y sensaciones que transmiten los medios a nivel mundial. Espero equivocarme con la sensación de declive que transmiten tanto Europa como África, pero todo indica a un campeón americano.

Seguiremos expectantes el discurrir de los próximos días…

2 comentarios en «Fútbol y Geopolítica. ¿Realidad o ficción?»

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