Apoteósica, espectacular, vertiginosa, sorprendente, hilarante, tensa, respetuosa pero irreverente a la vez. Gracias J.J. Abrams. Gracias por resucitar el espíritu de Star Trek con un nuevo lenguaje visual y nuevos códigos trekkies. Pero sin duda gracias por reinventar el universo trekkie, sin faltar al compromiso de la tradición y de la filosofía original que inundó al mundo en los 60 de la mano de Gene Roddenberry. Quizá esa era parte de la ecuación que el salto a la pantalla grande de la franquicia audiovisual más grande que ha existido, jamás había conseguido despejar. Tan difícil, pero tan evidente. Al mando de ella se debía colocar un no fan de la serie original (ni de las restantes), incluso si me pemitís diríase que el Sr. Abrams era un tanto antitrekkie según sus primeras entrevistas, cuando se anunció que se encargaría de […]