Vivimos tiempos convulsos, complicados, sin una cartografía clara del presente y mucho menos del futuro. Estas percepciones se amplifican según nuestra situación personal y nuestra nacionalidad, ya que si en España la esperanza sobre el futuro no es muy halagüeña, la de nuestros compatriotas europeos, puede ser similar; exceptuando cierto país del Centro de Europa que todos tenemos en la cabeza. Está siendo un verano largo, caluroso y caliente. No recuerdo un verano en el que la información haya estado tan pendiente de la economía y la política; en los medios de comunicación se han olvidado hasta de las “serpientes de verano”, esas noticias insulsas que rellenaban los formatos periodísticos ante la falta de noticias con las que rellenar páginas y horas de noticieros. Pero la realidad es recalcitrante y la actualidad obliga a plantear este período sin discontinuidad con […]