Antes que nada, amigo/a lector/a, quiero hacer tres puntualizaciones: a) soy un ferviente defensor de la generación de energía eléctrica basada en la energía nuclear, b) Soy un firme defensor de las energías renovables (aunque éstas no aporten casi nada al consumo eléctrico mundial y c) no parto de posturas dogmáticas y “tenebristas” como las que se acostumbran, para empañar el debate sobre lo nuclear.
Lo que sí tengo claro es que quiero dejar un mundo más limpio y seguro a las generaciones futuras y tengo más claro aún que la generación de electricidad mediante combustibles fósiles SÍ condena a la humanidad a un destino cierto: el cambio climático inminente, y esto, es una realidad, no ha sido fruto de la energía nuclear, ha sido una combinación del confort y necesidad tecnólogica que implica nuestra actual sociedad y a la que ninguno de nosotros, asumémoslo, vamos a renunciar.
Dicho esto quiero aportar una serie de hechos contrastables, fácilmente localizables y en gran medida puestos a disposición de la opinión pública en un libro, cuya lectura recomiendo encarecidamente: Nucleares ¿por qué no? de Manuel Lozano Leyva, uno de los mejores físicos nucleares de Europa.
No quiero extenderme mucho (ahora se que no cumplí esta premisa de partida), pero por ir por partes: ¿estamos dispuestos a seguir contando con los combustibles fósiles? La respuesta es no, no podemos pagar ese alto precio contra el futuro de las futuras generaciones de la humanidad. Esto ya es un hecho, esta opción es inviable. Por otro lado tenemos el problema que depara la energía eólica, es una energía muy cara (en estos momentos altamente subvencionada y por lo tanto inviable en su explotación en manos privadas, en el momento que se retiren las fuertes subvenciones que recibe) y además tiene el problema de que no es acumulable en el sistema de transporte energético. Sus picos de producción han de ser rápidamente introducidos en el sistema para su consumo (Esta es la razón de que cuando observamos en un parque eólico que en un día de fuerte viento hay aerogeneradores parados estos no funcionen: sencillamente el sistema no está capacitado para absorver toda la energía generada).
En la actualidad están operativas 438 centrales nucleares en el mundo (www.insc.anl.com), y podemos afirmar que existen cinco tipos de central nuclear, siendo la más común la llamada PWR (sistema de agua a presión). Estas son las del tipo que están instaladas en España, que pertenecen a la 1ª generación de centrales que se construyeron en el mundo, aprovechando la tecnología de fisión (la fusión de momento se ensaya en modelos tokamak, y será sin duda la que revolucione el futuro energético del planeta, pero su desarrollo y afianzamiento podría cambiar el modelo energético del planeta, y por lo tanto el económico – Esto será motivo de otro post, más adelante). El modelo más eficiente y más seguro en la actualidad es el llamado CANDU (de 2ª Generación). En Finlandia se está construyendo la primera central del tipo 3ª Generación y ya se está desarrollando el modelo más eficiente y limpio que representa el modelo de 4ª Generación, que tardará unos años en plasmarse en la realidad.
La central de Finlandia de 3ª Generación generará una potencia de 1.600 MW de potencia, frente a los 1.097 de Cofrentes (Valencia) inaugurada en 1984 del tipo BWR (sistema de agua hirviendo).
Dicho todo esto, algunos datos que permiten aclarar lo que está ocurriendo. A todos nos irrita cada vez que nos llega la factura del recibo de la electricidad, ver que tenemos que pagar una cosa que se llama con el eufemístico nombre de “déficit tarifario”. ¿Sabes lo que es eso? Pues eso es el peaje que todos los españoles llevamos pagando desde 1991, debido a la Moratoria Nuclear que Felipe González firmó en aquel momento (y que todos los presidentes posteriores han mantenido. Por cierto Felipe González es en la actualidad partidario de derogar la moratoria, abrir el debate nuclear e informar claramente a la población sobre los pros y contras de este tipo de generación energética). A todos nos gusta sacar pecho sobre que en España no se construyen nuevas centrales nucleares y que apostamos por las energías renovables, pero la tozuda realidad nos muestra que cuando tenemos picos de consumo en España, la necesitamos importar, principalmente desde Francia, que por cierto produce el 85% de su energía gracias a sus centrales nucleares. Es decir en España se consume más energía de procedencia nuclear de la que produce realmente.
Sigamos. Por lo tanto ese déficit tarifario viene del abandono de los proyectos que había en curso de poner en marcha nuevas centrales nucleares (algunas en construcción) por parte de las compañías eléctricas. En concreto: Lemóniz I y II, Valdecaballeros I y II, Trillo II, Escatrón I y II, Santillán, Regoloda y Sayago. Vamos, una nadería. Este es el tipo de acciones (y decisiones políticas) que pagamos los ciudadanos realizadas a golpe de sondeo de opinión, sin que la población haya tenido la más mínima oportunidad de forjarse una sólida opinión que condiciona su futuro y el de la humanidad.
Más datos. Deshagamos un mito. Una de las pesadillas recurrentes en el imaginario colectivo es la posibilidad de que una central nuclear estalle, con hongo nuclear incluido, en cualquier parte del mundo. No tengas más malos sueños: la posibilidad de que ello suceda es sencillamente CERO posiblidades. Es imposible. ¿Por qué es imposible? Por la sencilla razón de que el combustible nuclear que se utiliza es de una riqueza ínfima de isótopos necesarios (entre un 3 y 4% de riqueza, se le llama Uranio enriquecido, es el tipo de combustible basado en óxido de uranio que utilizan las centrales. Para hacer una bomba atómica hace falta Uranio enriquecido al 80%). Con mayor exactitud, la cantidad de Uranio para hacer una pequeña bomba atómica es de 30 Kg (es un material extraordinariamente denso), en el caso del Plutonio es de unos 11 Kg. pero este tipo de centrales abundan menos, y las de 3ª generación están basadas en el uso del Uranio. (La cantidad de uranio utilizado en una central nuclear de este tipo de material para la construcción de una bomba nuclear asciende a unas decenas de gramos).
Sobre el almacenamiento. Este sin duda sigue siendo un problema más importante que el de las propias centrales, de todas formas la comunidad científica afirma que los nuevos modelos de contención son mucho más seguros que los de la 1ª generación y la mayoría de la comunidad científica afirma que en un futuro a medio plazo, se podrán reutilizar los residuos actuales en las futuras plantas de fusión (el futuro de la energía nuclear), recordad que la alternativa es seguir quemando combustibles fósiles para mantener nuestro ritmo de consumo.
No quiero extenderme más, salvo en recordar cuatro grandes desastres nucleares: Hiroshima y Nagasaki, no diré nada más sobre este monumento a la brutalidad de la humanidad, que no tiene que ver con las centrales (pero sí recomiendo los estudios sobre el cáncer que se han producido desde su detonación hasta la actualidad, a mí me dejó muy perplejo, y hay estudios para aburrirnos). Otro desastre fue el de Three Miles Island (Harrisburg). Este tuvo una especial trascendencia, ya que el escape que sufrió estuvo magnificado por el estreno al mismo tiempo de la película “El Síndrome de China“, basada en un guión del alarmista Michael Crichton y protagonizada por Jane Fonda. Desarrollaba la idea de que una central en Pensilvania fundía su núcleo, explotaba y aparecía en China (el archienemigo de EEUU junto a la URSS en los 70), por cierto adivinad donde estaba Harrisburg (qué coincidencia, ¿verdad?). La cuestión es que a través de un guión de ciencia ficción (ninguno de los hechos que narra Crichton está apoyado por una teoría seria), armó tal revuelo que aún duran los ecos de aquello en la población mundial. De hecho Jane Fonda se hizo incansable propagadora del mensaje antinuclear (y ecologista, y socialista) en todo el mundo, hasta que conoció a Ted Turner, pero esto es otra historia. El tercer hecho de relevancia fue el incidente en la planta de enrequicimiento nuclear británica de Sellafield (una fuga de nivel 3 – basada en un sistema de alertas del 1 al 5 que contaminó parte de la planta nuclear), este hecho fue utilizado por Greenpeace y otras organizaciones como un peligro latente del tributo de la sociedad a la energía nuclear. Por cierto el incidente de Harrisburg, fue algo más grave, del nivel 5, lo que significa que hubo una fuga en las inmediaciones de la planta, sin poner en peligro inminente a la población.
El último que quiero citar es el de Chérnobil (ex-URSS), dado que es un incidente (el más grave de la historia de la energía nuclear) especial y que este post está siendo más largo de lo habitual, lo voy a dejar para una posterior entrada, dedicado a este tema.
Esto que escribo no es un dogma, de hecho puede que esté equivocado, pero con los hechos objetivos que llevo acumulando sobre la generación de todo tipo de energía en todo el mundo, entiendo que es la energía más limpia y eficiente (y menos dependiente para nuestra balanza de pagos). Pensad que todo el petróleo y gas natural que consumimos, no proviene precisamente de naciones fiables en cuanto al respeto a los derechos humanos y ecológicos se refiere.
Os dejo la reflexión para abrir lo que espero que sea un prolijo e interesante debate sobre nuestro futuro.
Espero vuestras aportaciones.
Un comentario en «El futuro es la Energía Nuclear ¿Tú que opinas?»