Es curioso observar el nerviosismo que en algunos grupos de comunicación produce la nueva situación que se origina para ellos con la irrupción de los nuevos medios relacionales de tipo digital.
Si ya fue duro para ellos ver como las redes P2P, se hacían un hueco muy importante entre los usuarios de productos culturales, especialmente los musicales y audiovisuales, ahora ven también una amenaza en las redes sociales, que gestionan, intercambian y, lo más importante, originan contenidos de una forma que se les hace difícil de controlar.
En este sentido, la forma en la que interaccionan con este fenómeno, que realmente es un agregado de varias de ellas: el Blog personal y los de tu blogroll, el facebook, el Twitter y el resto de aplicaciones 2.0; es de una forma de total desconfianza y, lo peor, de enemistad permanente, lo cual origina que muchos internautas peregrinen hacia nuevos cauces de obtención de información.
La estática forma (no por las estética, si no por su interconectividad con el usuario) en la que son generados y emitidos los contenidos informativos de los llamados medios convencionales, especialmente los periódicos de las principales cabeceras nacionales y regionales, trasponiendo a la red lo que ya han publicado en papel y con las consiguientes actualizaciones a lo largo del día, hasta la siguiente edición impresa; hacen que la experiencia informativa en un ecosistema digital constreñido se vuelva totalmente exasperante, ya que no hay posibilidades de explorar puntos de vista alternativos y cauces alternativos de generar información, que hagan interesante no sólo la navegación por su portal, si no la vuelta al mismo.
Esto es sin duda el gran reto del marketing comunicacional de las empresas tradicionales de comunicación escrita. Tienen que aprender que el internauta que visita su página, tan sólo tiene que abrir una ventana nueva (un clic de ratón), para inaugurar un nuevo canal de navegación, y por tanto, de nuevos puntos de vista. Esto debería exigir que los contenidos digitales de las empresas de comunicación escrita fueran más permeables a la búsqueda de información alternativa y que la interactividad no se logra por poner infografías atractivas, audios y videos, acompañados de una nube de etiquetas generados para su propio portal y no para “viajar” fuera de él.
Esta es la experiencia alternativa que suponen los nuevos medios digitales y relacionales que suponen la red 2.0, y que nos resulta tan atractiva a los internautas.
Parece mentira que no hayan aprendido la lección que supuso para la industria discográfica el P2P, que aunque de vez en cuando reciba una breve buena noticia para sus intereses, las estadísticas, los estudios y lo que es más tozudo “la realidad del día a día”, demuestran que los caminos que se iniciaron hace algo más de un lustro, son y serán irreversibles.
Tanto a los medios de comunicación como a la industria discográfica se le han planteado retos que hasta ahora no han sabido responder. Los segundos no han sido capaces de adaptar su modelo de negocio a la situación actual y en el caso de los primeros tienen una enseñanza muy útil que deberían ser capaces de aprovechar. Pero dada las circunstancias, veo muy difícil que sectores productivos con modelos de negocio muy asentados, sean capaces de adaptarse con rapidez a las actuales condiciones del mercado y los usuarios digitales.
Aunque en el caso de Prisa, tras el varapalo del pasado fin de semana en su intencionado (para sus intereses) artículo sobre el P2P, ayer publicaron un artículo muy interesante que suavizaba las tesis sostenidas el fin de semana anterior (recomiendo en ese sentido el artículo de Enrique Dans en su blog), en donde se indica la proactividad por parte de los usuarios del P2P a la adquisición de archivos digitales con derechos, en mayor medida que aquellos que no utilizan este tipo de tecnología. (Puedes ver la noticia en este enlace: “Las Descargas no son tan malas para la industria musical).
Terminando, escribo este post con la idea de dar mi opinión sobre un tema que sin duda evolucionará con el tiempo y originará nuevos nichos de mercado, así como modelos de negocio; por no hablar de las posibilidades comunicacionales que nacerán al albur de los nuevos contenidos y tecnologías digitales.
Espero vuestros comentarios…
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