Podríamos decir que existe una conmoción en la fuerza con esto de ChatGPT. Perdón por el chiste que habrá hecho las delicias de los y las fans de Star Wars, pero la verdad es que el término conmoción ha sido el que mejor define la aparición del producto más conocido de la Fundación OpenAI, el ChatGPT, la inteligencia artificial generativa más conocida en todo el planeta (Que ya va por la versión 4.5, eso sí, de pago). Si bien existen otras, como las de Google, Microsoft o IBM, por citar a algunas, no se trata de que hablemos de las marcas existentes ni de lo que puede hacer cada una de ellas. Centrémonos en intentar explicar cómo este tipo de inteligencia artificial afectará a la administración.
Pero antes, obviamente, pongamos algo de contexto:
La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) es una rama de la Inteligencia Artificial (IA) que se enfoca en la creación y generación de contenido nuevo y original. A diferencia de otros enfoques de la IA que se centran en el análisis y procesamiento de datos existentes, la IAG se basa en modelos de aprendizaje automático para generar contenido nuevo y creativo.
Los modelos de IAG, como los Generative Adversarial Networks (GANs) y los Transformers, aprenden de grandes conjuntos de datos y son capaces de crear contenido, como imágenes, texto, música y video, que puede ser indistinguible del producido por humanos. Lo cual supone un reto y un incentivo a la vez, pero lo que es cierto y ha quedado ya constatado es que la IAG tiene varios usos y aplicaciones en diversos campos:
- Por ejemplo en la generación de contenido artístico. La IAG puede crear arte original, como pinturas, música, poesía y escritura creativa. Esto ha llevado a la aparición de obras de arte generadas por IA que han sido exhibidas en galerías y han ganado reconocimiento, aunque sigue existiendo el problema jurídico y ético de hasta que punto lo que producen es copia o inspiración de obras existentes, lo cual no deja de ser una cuestión que necesita ser ampliamente debatida.
- También puede ser utilizada para el diseño y creación de productos como automóviles, moda y muebles. Los modelos de IAG pueden generar diseños innovadores y funcionales que se ajusten a las preferencias y necesidades de los usuarios, teniendo en cuenta parámetros que desde un punto de vista más “humano” no solemos tener en consideración.
- Una opción que está siendo ampliamente empleada es que permite la simulación y generación de escenarios realistas en campos como los videojuegos, la realidad virtual y la simulación de entrenamiento. Esto permite crear mundos virtuales interactivos y experiencias inmersivas.
- También ha mostrado su eficacia en la síntesis de voz y diálogo, ya que puede generar voces sintéticas y diálogos naturales que pueden ser utilizados en aplicaciones de asistencia virtual, narración de audiolibros, doblaje de películas y otras áreas donde se requiere una voz humana convincente. Ni te imaginas cómo está utilizando esta capacidad una plataforma como Netflix. O el problema reciente con el uso indebido de la voz del actor Stephen Fry generado por una IA para imitarle en un documental.
En resumen, la Inteligencia Artificial Generativa es una herramienta de la IA que se centra en la generación de contenido nuevo y creativo. Sus aplicaciones abarcan desde el arte y el diseño hasta la simulación y la personalización de experiencias, ofreciendo nuevas posibilidades en diversos campos.
Y por lo tanto, la inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, tiene el potencial de tener un impacto significativo en la transformación digital de la administración electrónica. Y por ello a continuación, os a describiré posibles aspectos a considerar en relación con los retos, los desafíos éticos, las implicaciones del cambio cultural que su empleo supone y las futuras posibilidades de mejora que podría deparar.
Sobre los retos a afrontar podemos decir que la implementación de la inteligencia artificial generativa en la administración electrónica plantea varios desafíos. Uno de ellos es garantizar la calidad y precisión de las respuestas generadas por el modelo. Es importante entrenar y afinar estos modelos para que sean lo más precisos posible y evitar sesgos o respuestas inexactas. Además, debe haber una supervisión y control adecuados para corregir posibles errores y asegurar la integridad de la información proporcionada.
En cuanto al desafío ético que representa la inteligencia artificial generativa plantea cuestiones importantes. Por ejemplo, la responsabilidad de las respuestas generadas por el modelo y la transparencia en cuanto a su origen. Es crucial establecer políticas y directrices claras para el uso responsable de la IA y evitar la manipulación o la generación de contenido engañoso. También es importante considerar la privacidad y la protección de los datos de los ciudadanos al interactuar con sistemas de administración electrónica basados en IA.
Y ello nos lleva directamente a las implicaciones del necesario cambio cultural a adoptar en el seno de la administración. Este afectará en la forma en que las administraciones interactúan con la ciudadania. Los procesos y servicios tradicionales pueden ser automatizados y agilizados mediante la IA, lo que significa que los empleados de las administraciones pueden enfocarse en tareas de mayor valor añadido. Esto requerirá una redefinición de roles y responsabilidades, así como una adaptación a nuevas formas de trabajar y colaborar con la tecnología. Así como a aprender a gestionar y manejarse con una interfaz humano-máquina, lo cual es todo un desafío en sí.
En el grado que ese cambio cultural opere, derivará en una mejora de los procesos los y servicios que se ofrecerán por parte de la administración. La tecnología de inteligencia artificial generativa puede ofrecer numerosas mejoras en los procesos y servicios de la administración electrónica. Por ejemplo, la ciudadanía podría obtener respuestas rápidas y precisas a sus consultas, reduciendo la necesidad de esperar a un agente humano. Además, la IA generativa puede ayudar a automatizar tareas repetitivas y mejorar la eficiencia en la prestación de servicios públicos. Esto podría permitir una mayor accesibilidad y disponibilidad de servicios para los ciudadanos, así como una mayor eficiencia en la gestión de recursos por parte de las administraciones.
Todo ello combinado representa una gran oportunidad para que la Inteligencia Artificial Generativa pueda desempeñar un papel fundamental en la administración electrónica al proporcionar soluciones innovadoras y eficientes. Aquí os propongo algunos casos de uso de IAG en la administración electrónica para su paulatino despliegue:
- Generación de contenido: La IAG puede utilizarse para generar contenido automatizado, como respuestas a consultas frecuentes, informes, formularios y otros documentos administrativos. Esto puede agilizar los procesos de comunicación y brindar respuestas rápidas a los ciudadanos, que puedan hacer desde su móvil con una aplicación fácilmente usable.
- Chatbots y asistentes virtuales: Los chatbots impulsados por IAG pueden utilizarse para ofrecer asistencia y orientación a los ciudadanos en la administración electrónica. Pueden responder preguntas comunes, ayudar con la navegación de los servicios en línea, y brindar información sobre trámites y procedimientos, entre otros.
- Análisis de datos y detección de fraudes: La IAG puede ayudar en el análisis de grandes volúmenes de datos para identificar patrones, tendencias y posibles fraudes. Esto puede mejorar la eficiencia en la detección y prevención de actividades fraudulentas en los procesos administrativos. Tanto desde la perspectiva de la Agencia Tributaria como de los servicios sociales de un municipio.
- Personalización de servicios. Puede adaptar los servicios en línea a las necesidades individuales de los ciudadanos. Al utilizar algoritmos de aprendizaje automático, puede analizar los datos y el comportamiento de los usuarios para ofrecer recomendaciones personalizadas, sugerir trámites relevantes y proporcionar información específica según cada caso.
- Automatización de procesos administrativos: se puede utilizar para automatizar tareas y procesos administrativos rutinarios, como el procesamiento de solicitudes, la clasificación y el etiquetado de documentos, la gestión de registros, entre otros. Esto permite ahorrar tiempo y recursos, así como reducir errores humanos.
- Traducción automática: En entornos administrativos multilingües, la IAG puede utilizarse para la traducción automática de documentos y comunicaciones. Esto facilita la interacción entre los ciudadanos y los organismos administrativos, eliminando las barreras del idioma. Imáginate la revolución que puede suponer en un municipio con personas de diferentes países, culturas e idiomas.
- Generación de informes y análisis predictivo: La IAG puede analizar datos históricos y generar informes automatizados sobre diversos aspectos de la administración electrónica, como el rendimiento de los servicios, el cumplimiento de plazos, la satisfacción del usuario, entre otros. Además, puede aplicar técnicas de análisis predictivo para identificar patrones futuros y tomar decisiones informadas.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo la Inteligencia Artificial Generativa puede ser utilizada en la administración electrónica. Con el avance de esta tecnología, y de los modelos de IA en general, es probable que surjan nuevas aplicaciones y casos de uso que optimicen aún más los procesos y servicios administrativos.
En resumen, la inteligencia artificial generativa puede tener un impacto significativo en la transformación digital de la administración electrónica. Sin embargo, es fundamental abordar los retos relacionados con la calidad de las respuestas generadas, los aspectos éticos, el cambio cultural y la mejora de procesos para maximizar los beneficios de esta tecnología y garantizar su uso responsable en beneficio de la ciudadanía. Y esto, antes de que llegue la siguiente evolución: las inteligencias artificiales interactivas…
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